Por su parte, Taddei señala que la dopamina liberada cuando se adquiere un nuevo conocimiento “es un neurotransmisor que nos da sensación de confort y felicidad y nos ayuda a motivarnos a seguir aprendiendo”.

Las especialistas también concuerdan en que, si bien es cierto que el estudio se dificulta luego de haber abandonado el ritmo del sistema educativo, el conocimiento previo y la edad no son condicionantes determinantes al momento de aprehender nueva información. “Así como uno va a levantar pesas al gimnasio para tener un bicep más tonificado, aprender idiomas es una de las mejores formas de ejercitar nuestro cerebro porque está en constante movimiento”, indica Fe Almada.